img-default-blog.jpg
PROPOSICION VACUNACIÓN PLENO MARZO 2021.

PROPOSICIÓN QUE PRESENTA LA AGRUPACIÓN CIUDADANA INDEPENDIENTE PARA ARANJUEZ (acipa) AL PLENO DE LA CORPORACIÓN PARA EL DISEÑO DE PROTOCOLOS QUE PERMITAN PRIORIZAR LA VACUNACIÓN DE COLECTIVOS CON ENFERMEDADES CRÓNICAS Y VULNERABLES ASÍ COMO LA ACELERACIÓN DEL PROCESO DE INMUNIZACIÓN.

 

Muy pronto se va a conmemorar el primer aniversario de la declaración de Estado de Alarma y el confinamiento domiciliario (endurecido semanas después hasta la restricción absoluta de movimientos salvo las actividades esenciales) y más de un año desde que la “neumonía atípica”, “asiática” o “segundo SARS” provocara la alerta sanitaria internacional por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Lo que inicialmente parecía ser un confinamiento temporal para parar la onda de choque de una alta incidencia, acabó alargándose mientras las cifras de fallecidos se disparaban, superándose algunas jornadas los mil fallecidos diarios, y con unos partes que más parecían de bajas en un conflicto bélico. Estampas de ciudades vacías que parecían sacadas de películas post-apocalípticas y una destrucción económica como no se conocía desde finales de nuestra cruenta guerra (in)civil.

En semanas pasadas hablábamos de la aparición de nuevas variantes, así como su afección a la transmisibilidad, o incluso a la letalidad. Comprobaremos que un par de semanas es un mundo en el ámbito de una pandemia de estas características, y si hablábamos de variantes brasileñas (Manaos y Río), sudafricana o británica (la más extendida de todas ellas, por su alta capacidad de penetración en las sociedades europeas a través de las redes de transporte) ahora ya nos empiezan a sonar familiares otras variantes como la californiana (calificada con el poco tranquilizador adjetivo de “diabólica”) mexicana o incluso las variantes (de variantes) de la británica que ya aludíamos.

Obviamos, por entender innecesario, recordar por qué la presencia de variantes más transmisibles exige un mayor esfuerzo a todas las administraciones para acelerar todo lo posible la vacunación, obligando al diseño, o rediseño, de nuevas estrategias. Para ello, y aquí el tiempo al menos sí juega a nuestro favor, disponemos de una mayor variedad de vacunas. “Solo” (y entiéndanse las comillas) falta que las dosis comiencen a llegar a la totalidad de la población, priorizando por supuesto a los más vulnerables, pero también como decíamos exigiendo mayores esfuerzos a la hora de agilizar la administración de las dosis. Por todo ello entendimos que aquellas situaciones que habían tensionado tan seriamente nuestro sistema de salud y nuestra actividad cotidiana debían tener un tratamiento diferencial, aunque siempre guardando un equilibrio para que dicha priorización local no generase posibles agravios comparativos. Por añadidura, esta aplicación diferencial obligaría a un exhaustivo estudio epidemiológico a nivel local, que por efecto de la rápida transmisión de variantes debiera ser dinámico respecto al paso de las semanas.

En suma, la aplicación práctica de las medidas que reclamábamos sería harto complicada, en el mejor de los casos, y poco realista. Conviene huir de procesos tan complejos cuya aplicación ralentizase la propia aplicación de la vacuna. Es por esta razón por lo que entendemos deben redefinirse los objetivos y prestar atención a aquellas facetas del proceso de vacunación que aún pueden mejorarse, de cara a mejorar la inmunización temprana a los colectivos más vulnerables.

Entre estos colectivos, el de los pacientes crónicos se ha visto doblemente afectado. En primer lugar, por la presencia de comorbilidades que ha acentuado y empeorado el pronóstico del que además ha sido enfermo de covid-19. En segundo lugar, los esfuerzos sanitarios enfocados prioritariamente en parar el golpe de la onda pandémica han dejado desguarnecidos otros flancos. Muchos pacientes han visto ralentizados sus tratamientos, o retrasos en su diagnóstico.

Hemos de recordar cuál es la estrategia de vacunación actual, la que ha establecido una serie de prioridades en base a unos criterios definidos, y que se ha estructurado de manera que en una primera fase (coincidente con la llegada de las primeras dosis a finales de 2020) se establecieron una serie de grupos prioritarios:

  • Residentes y personal de los centros de personas mayores y atención a grandes dependientes.  
  • Personal sanitario y socio-sanitario de primera línea.
  • Otro personal sanitario y socio-sanitario.
  • Grandes dependientes no institucionalizados.

Parecía claro que las primeras dosis (en un contexto en el que se pensaba que la llegada masiva de las mismas era inminente, de acuerdo con las previsiones que se establecieron desde la propia Unión Europea y las compañías farmacéuticas, ratificadas en los contratos de compra) debían reservarse al personal más expuesto y a la vez más castigado por la pandemia. Inmunización total (dos dosis) que felizmente ya se ha completado en todo el territorio nacional)

En estos momentos se está desarrollando la segunda etapa o Etapa 2, que establece los siguientes grupos prioritarios.

  • Mayores de 80 años (fase de inmunización actualmente en desarrollo)
  • Otro personal sanitario y socio-sanitario menor de 56 años.
  • Trabajadores con una función social esencial menores de 56 años.
  • Personas entre 70 y 79 años (fase de iniciación prevista, al menos en la Comunidad de Madrid, para finales de marzo-principios de abril)
  • Personas entre 60 y 69 años.
  • Menores de 60 con condiciones de riesgo.
  • Personas entre 56 y 59 años.
  • Personas entre 45 y 55 años.

Al culminarse esta fase, se comenzaría con la Etapa 3, donde se produciría la inmunización general (con una vacuna ampliamente disponible) para el resto de grupos prioritarios, aún pendiente de anunciar.

Y es aquí donde precisamente asociaciones de enfermos con patologías crónicas, enfermedades poco frecuentes o “raras”, o incluso sus familiares cuidadores (y potenciales transmisores de la enfermedad de Covid-19) reclaman, en primer lugar, concreción definitiva sobre la etapa final de vacunación y, sobre todo, la aplicación prioritaria de la misma en virtud de sus patologías. Desde organizaciones como la Plataforma de Organizaciones de Pacientes se pone el foco en la situación de desprotección de las personas con enfermedades crónicas frente al Covid-19 en España”, solicitando los criterios de prioridad para poder vacunar a personas con patologías crónicas más allá de los criterios de edad ya establecidos. Esta plataforma elaboraba un análisis comparativo entre varios países europeos (Portugal, Francia, Italia y Reino Unido) en los que se había priorizado (o al menos se había avanzado en la priorización de estos pacientes)

No es una cuestión baladí, pues hablamos de aproximadamente 19 millones de personas en España con patologías crónicas. Cierto es que muchas de ellas se corresponden precisamente con los grupos de población que ya han sido objeto prioritario de vacunación, pero muchos otros son de edades que (si se atiende solo a este criterio) les sitúan a la cola del resto de colectivos.

Aluden también desde las asociaciones de enfermos crónicos, así como los de enfermedades poco frecuentes, que también están expuestos al contagio si sus familiares no están inmunizados (pese a que recientes estudios afirman que ni la inmunización de estos familiares podría evitar contagios) En el caso de los familiares de pacientes jóvenes con patologías raras o poco frecuentes, a día de hoy no están siendo vacunados a menos que ellos mismos presenten comorbilidades o estén dentro de los grupos considerados en las etapas 1 y 2 de vacunación. Se ha tenido en cuenta a los cuidadores profesionalizados, pero no a los miles que existen y que cuidan de familiares dependientes que por criterios de edad aún no han sido vacunados.

Desde asociaciones como la Española de Déficit de Lipasa Ácida Lisosomal (AELALD) se lamentaba esta omisión a la hora de contemplar la vacunación prioritaria de cuidadores no profesionales. Por otra parte, además de las diferencias entre países europeos, también existen diferencias entre las Comunidades Autónomas españolas. En Cataluña, además de los grupos ya fijados en la estrategia general de vacunación, se está vacunando también de forma paralela a pacientes trasplantados y crónicos presentes en los hospitales.

Por otra parte, tras la celebración del último Consejo Interterritorial, se afirmó que la Comisión de Salud Pública estaba en trámites de establecer nuevos grupos prioritarios de cara a la vacunación contra Covid-19 que incluyese a los pacientes crónicos de alto riesgo, si bien a día de hoy todavía no ha sido aprobado por la Comisión de Salud Pública y mucho menos contemplada dentro de la Estrategia de Vacunación COVID-19.

Además de incluir a los pacientes crónicos, faltaría detallar qué colectivos concretos de crónicos estarían dentro de los grupos prioritarios. Tarea esta que será ardua, pues debe basarse en datos objetivos y fuentes científicas. Hay consenso científico a la hora de concluir que pacientes con diabetes, con hipertensión o hipercolesterolemia son colectivos de riesgo al desarrollar potenciales complicaciones al ser infectados por el virus SARS cov-2. En el mismo sentido, pero desde el punto de vista de la calidad asistencial, se ven afectados los crónicos con discapacidad física y orgánica (al depender de terceras personas) como también aquellos con enfermedades poco frecuentes o raras.  

Creemos necesario instar al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, donde están representadas todas las Comunidades Autónomas y el Ministerio de Sanidad, y que decidió en 2020 la creación de un grupo de trabajo multidisciplinar para elaborar una única estrategia de vacunación, que con carácter de urgencia termine de elaborar (y aplicar) un criterio de priorización que tenga en cuenta la relevante condición de riesgo que supone sufrir una patología crónica así como la presencia de comorbilidades subyacentes. Situación especialmente preocupante la de aquellos enfermos menores de 16 años, que aplicando un criterio único de edad serían prácticamente los últimos en vacunarse pese a correr un grave riesgo su salud en caso de contagio.   

Por último, e independientemente de las decisiones que se tomen en el Consejo Interterritorial, recordamos y reafirmamos la necesidad de acelerar el proceso de vacunación a todos los niveles (siempre y lógicamente a expensas de la cantidad de dosis suministradas) contando desde la Comunidad de Madrid con el personal suficiente y que además reclaman los colectivos sanitarios, para optimizar el proceso. Sin olvidarnos de las necesarias campañas informativas, no solo sobre las vacunas que a día de hoy disponemos (y que por fortuna son cada vez más, y ya se augura la llegada de más dosis) sino también de las prioridades de vacunación así como la necesidad de inmunizar a cuantos más ciudadanos, mejor.

Sería, tal y como dijimos en las comisiones pasadas, un complemento a las campañas de sensibilización/concienciación aprobadas en el pleno de enero (señalando por qué es necesario e importante vacunarse contra el SARS-Cov2, resolución de dudas, procedimientos de vacunación y qué tipo de vacuna recibiría cada grupo de riesgo o franja de población) en un momento en el que se hace palpable la necesidad de inmunizar a cuantas más personas mejor, y en el menor tiempo posible, amén de hacerlo de la manera más satisfactoria.

Por todo ello, La Agrupación Ciudadana Independiente para Aranjuez (acipa) eleva al Pleno de la Corporación las siguiente Proposición:

  • Instar al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (órgano en el que está representado el Ministerio de Sanidad y todas las Comunidades Autónomas) a que se valore de forma especial la condición de vulnerabilidad en la que se encuentran todos los pacientes crónicos (así como su entorno inmediato y sus cuidadores) a la hora de priorizar la aplicación de la vacuna dentro de la Estrategia de Vacunación frente a la COVID-19 en España.
  • Instar a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid (una vez establecidos los criterios antes citados en el Grupo de Trabajo técnico multidisciplinar del Consejo Interterritorial) a proveer de la información necesaria a los colectivos reseñados sobre los protocolos de inmunización aprobados así como su aplicación.
  • Instar a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid a que se acelere la llegada de dosis así como el ritmo de aplicación de las mismas a nuestra ciudad poniendo para ello todos los medios humanos y materiales necesarios, y contando de manera especial con los profesionales de los Centros de Salud.
  • Que desde el Ayuntamiento de Aranjuez se amplíen las campañas de concienciación/sensibilización frente al contagio de COVID-19 (entre ellas, la del correcto uso de la mascarilla) así como las de información sobre el proceso de vacunación.