LA EMPRESA QUE ESTABA REALIZANDO LAS OBRAS DE ACCESIBILIDAD DE LA ESTACIÓN DE TREN DE ARANJUEZ SOLICITA AL JUZGADO EL CONCURSO DE ACREEDORES, QUEDANDO LAS OBRAS EMPANTANADAS Y CON UN INCIERTO HORIZONTE DE FINALIZACIÓN.
Teginser, la empresa que hasta ahora estaba realizando las obras de accesibilidad, llevaba meses atravesando dificultades económicas que finalmente no ha podido superar, entrando en fase concursal y dejando muchas obras paradas o retrasadas a lo largo y ancho de España.
- 2019/08/14 09:54:41
Nuevo contratiempo para las obras de accesibilidad de la estación ferroviaria de Aranjuez. A los años de espera para la contratación y adjudicación de las obras (que se anunciaron, hay que recordar, hace la friolera de 12 años) se añade ahora la situación financiera de la empresa que resultó adjudicataria de las obras de accesibilidad allá por julio de 2017. Recordemos que ya por entonces desde acipa nos pareció preocupante la oferta a la baja presentada por esta empresa, del Grupo Perteo, de entre las 31 que concurrieron al concurso para la realización de las obras. Casi 3,4 millones, impuestos incluidos, de un presupuesto de licitación de casi 6 millones, e incluso instamos al equipo de gobierno a que estuviera muy pendiente de los tiempos y la calidad de la ejecución de la obra. Finalmente la empresa, ante la imposibilidad de financiar sus deudas ha solicitado al juzgado la entrada en concurso de acreedores dada su situación de insolvencia financiera.
Nuevamente, vemos que lo barato en muchas ocasiones sale caro, y esta empresa (que en julio de 2017 ofrecía terminar toda la obra en 18 meses) más de dos años después deja la obra prácticamente empantanada y sin un horizonte definido de terminación. Recordemos que las obras consistían en la construcción de un nuevo paso inferior (ya excavado y revestido, pero a falta de acondicionar, al menos por lo que se deduce por las imágenes) la instalación de unos ascensores que permitiesen acceder a todos los andenes (sin instalar aún) y la recuperación del paso inferior actual (junto a los históricos mosaicos de Maragliano). A todo esto cabe añadir el recrecimiento de los andenes y la terminación de las marquesinas históricas, que en este caso parecen estar prácticamente terminadas.
Recordemos que partimos del año 2007, cuando el ministerio prometió dedicar más de 10 millones de euros a recuperar el histórico edificio de la estación, los andenes y a eliminar las grandes barreras arquitectónicas que sufrían todas aquellas personas con problemas de movilidad. La obra finalmente se dividió en dos fases, destinándose inicialmente 2,14 millones de euros con cargo al 1% Cultural y 9,8 millones restantes, actuándose primero en el edificio de viajeros y después en las instalaciones ferroviarias propiamente dichas (andenes, marquesinas y paso inferior) La segunda fase se subdividió a su vez, una subfase en 2014 y otra, la que actualmente se estaba ejecutando, adjudicada en el verano de hace dos años. Entre medias, parte de esos casi 12 millones se dejaron de invertir en la estación, cuando el entorno inmediato de la misma requiere también cuantiosas inversiones en mejoras, como en el aparcamiento y sus accesos.
Para el Concejal Portavoz de acipa, Jesús Mario Blasco, “las obras de accesibilidad y adecuación de la estación parecen el cuento de nunca acabar. Siempre hay problemas, siempre hay retrasos… y casualmente los problemas y los retrasos los sufren siempre los mismos. Esta empresa, ya cuando fue adjudicataria, ya tenía cierto historial detrás de retrasos y problemas. No deja de ser cierto aquello de que a toro pasado es fácil ver las cosas, pero cuando se habla de la contratación por parte del Ministerio de Fomento y Adif, cuestiones como la solvencia (no solo económica) deben ser tenidas en cuenta, no solo la oferta económica más ventajosa. Además, no nos deja de sorprender el mutismo por parte del Ministerio cuando ya era bastante evidente que las obras se paraban y acumulaban bastante retraso. Esperamos que el gobierno central comience a dar los pasos (si es que no los ha dado aún) para rescindir el contrato y adjudicar lo que queda de obra a otra empresa (esperemos que más solvente) y así poder minimizar el retraso que ya acumulamos”.