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Colaboración Jesús Mario Blasco en el Heraldo de Aranjuez.

Aranjuez tierra de oportunidades

Iniciamos una nueva semana con los ecos aún recientes de FITUR, que cerró ayer domingo sus puertas con récord de visitantes, más de 230.000 visitantes, un 6% más que el año pasado. Sin duda el sector vive un momento dulce, por circunstancias endógenas (sin duda hay mucho que ofrecer) y exógenas (la inestabilidad internacional, sobre todo en destinos turísticos antaño tranquilos y estables) pero, tal y como hablábamos hace unas semanas, la dulzura del momento no parece haber llegado a Aranjuez, que sigue año tras año perdiendo turismo. Cabe decir, pese a la presencia del globo Montgolfier (que, en palabras del Cronista José Luis Lindo, ha sido la primera vez en la historia de la Feria que un globo aerostático se alzaba en su recinto, y la primera vez que lo hacía desde que fue adquirido en 2001) el impacto de Aranjuez ha sido de escaso relieve en un pabellón madrileño pese a que ciudades mucho más pequeñas y con menos potencial turístico tenían stand propio y mucha mayor presencia. En FITUR, el “Mundial” o las “Olimpiadas del Turismo”, Aranjuez debe estar por méritos propios en lo más alto del medallero.

Cualquier otra cosa es desmerecerlo.
Y es que, como hemos dicho en muchas ocasiones, el turismo es ahora mismo una de nuestras principales fuentes de ingresos, y más con su imbricación con el sector comercial y de servicios. El modelo que hasta ahora nos ha servido, y que tampoco ha necesitado de una proyección publicitaria potente porque se vendía solo, se está agotando. Agotándose como se agotan casi todos los que alguna vez han tirado del carro de nuestra economía. Y aquí es a donde quería ir a parar. Con la progresiva pérdida de potencial agrícola, industrial y ahora con el freno de mano echado en el turístico, es más indispensable que nunca la colaboración con las administraciones que tenemos por encima y con la inversión privada. Las administraciones de todo tipo, y singularmente las locales (cuya principal, y a veces única, fuente de financiación eran las plusvalías obtenidas del suelo hasta el estallido de la burbuja inmobiliaria) necesitan como agua de mayo inversiones. Aranjuez, donde la inversión por parte de la Comunidad de Madrid y el Estado no ha brillado especialmente por su abundancia, no solo no es una excepción sino que es un caso paradigmático. Necesitamos recuperar el atractivo para todos aquellos que quieran venir a crear actividad económica, y en un momento en el que España empieza a ser vista como tierra de oportunidades para los negocios, necesitamos situar Aranjuez en ese escaparate.

Aranjuez es un sitio ideal para emprender, tanto a pequeña como a gran escala. Hemos hablado hasta la saciedad de las bondades de nuestras huertas, de nuestra situación estratégica, de la abundancia de suelo con capacidad productiva, del Patrimonio, de las infinitas posibilidades para el ocio… Pero nos falta lo básico para hacer funcionar todo esto: una estrategia para el desarrollo.

Tomando en consideración lo que implica ser Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad y la presencia de variadas administraciones que debemos coordinar, se hace más necesario que nunca tener en nuestras manos un plan director de gestión del Paisaje y Patrimonio ya que de él dependerá el cuándo y el cómo poder explotar nuestros recursos.

Pero, mientras eso sucede, Aranjuez no puede quedarse parado. Nuestra administración local debe estar a la caza y captura de subvenciones, de ayudas, de inversiones… porque el mercado se mueve, señores. Al igual que dijimos a final de año que no nos podíamos quedar llorando por las esquinas por la espantada de los firmantes del acuerdo público-privado para construir la terminal logística intermodal, cabe decir que esto debe ser un acicate para buscar más inversores, que los hay, y que están esperando a que alguien atraiga su atención. Porque que nadie piense que otros van a vender nuestras bondades otros si nosotros mismos no sabemos hacerlo.