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PREGUNTA PLENO NOVIEMBRE 2012.

EL HOSPITAL DEL TAJO SERÁ UNO DE LOS SEIS HOSPITALES REGIONALES QUE VERÁN PRIVATIZADOS SUS SERVICIOS SANITARIOS, MIENTRAS EL EQUIPO DE GOBIERNO GUARDA UN ESTRUENDOSO SILENCIO AL RESPECTO.

En muchas localidades madrileñas se están movilizando sus gobernantes para evitar que se dé prioridad al negocio frente a la salud de sus vecinos, mientras en Aranjuez dan la callada por respuesta ante este nuevo paso atrás en la calidad de vida de los ribereños.

Aranjuez, 13 de noviembre de 2012.

En el año 2003, con la confirmación de la construcción del Hospital del Tajo en nuestra ciudad, se hacía realidad un sueño largamente esperado. Que una ciudad de la importancia y población de Aranjuez albergara un centro médico de referencia, evitando así los largos desplazamientos al Hospital Doce de Octubre, significaba un salto de gigante en cuanto a la mejora de la calidad asistencial que disfrutaban los ribereños. Aquel hospital, presentado por el consejero Lamela (en principio de 350 camas, posteriormente convertidas en 100 al construirse otro centro adicional en Valdemoro) venía a complementar una cobertura sanitaria de gran calidad, junto a infraestructuras ya existentes y de probada eficiencia como el laboratorio comarcal de análisis clínicos, el centro de especialidades (luego de atención primaria) de Abastos y otras futuras como el segundo centro que estaba previsto en la zona de Olivas y hoy es una realidad. Desde entonces, el Hospital del Tajo ha estado en medio el fragor del debate político, bien con fines electoralistas, bien en torno a los debates provocados por la externalización de servicios no sanitarios en el nuevo hospital.

Desde acipa nunca hemos querido imponer modelos ideológicos ni mucho menos demonizar a la iniciativa privada como se hace irresponsablemente desde determinados ámbitos. acipa apuesta por la calidad, por la calidad optimizando el gasto de aquellos recursos que no proceden del limbo, sino de todos los ciudadanos. Hemos criticado duramente la hipocresía y la doble vara de medir de gobiernos autodenominados “de izquierdas”, que criticaban la externalización de servicios no sanitarios, pero a los que después no les temblaba el pulso en privatizar servicios como los servicios jurídicos del Ayuntamiento, la limpieza, la gestión de la Plaza de Toros, de las nuevas dependencias deportivas, así como la creación de un ayuntamiento paralelo que ha dilapidado el patrimonio municipal (SAVIA) y que a día de hoy arrastra más de 27 millones de euros de deuda.

Desde acipa hemos defendido siempre el inalienable derecho del ciudadano a elegir. A elegir entre modelos sin hacer remedios del despotismo ilustrado del siglo XVIII, considerando al ciudadano como a un eterno menor de edad diciéndole continuamente qué es bueno y qué no, sin tremendismos y sin dogmatizar con cuestiones que tienen muy poco que ver con las ideologías y mucho más con los servicios más cercanos e importantes para los ciudadanos. Derecho a elegir entre modelos pero sin hacernos trampas al solitario, puesto que cuando se habla de sanidad, el verdadero derecho a elegir se cimenta en una sanidad pública de máxima calidad y en una sanidad privada que no debe ser demonizada ni hostigada (pero tampoco promocionada a expensas de la pública) por los poderes públicos. Y aquí precisamente están las líneas rojas que consideramos jamás deben atravesarse. Los criterios de ahorro que obliguen a externalizar servicios jamás deben prevalecer sobre los criterios de excelencia del servicio prestado. Dicho en otras palabras, si en lugar de mejorar la asistencia sanitaria, la intervención de la empresa privada puede (objetivamente) empeorarla, estamos ante un mal sistema. Una sanidad de mala calidad no solo no es sostenible, sino que es más onerosa a largo plazo.
Por ello, en 2009 desde acipa rechazamos la privatización del laboratorio de atención primaria del ambulatorio. Este servicio llevaba funcionando más de 30 años en Aranjuez, siendo considerado uno de los mejores de toda la Comunidad de Madrid en su género. En este caso lamentablemente, y a pesar de invocarse criterios de ahorro y excelencia, los perjuicios para nuestra ciudad fueron notables. Se perdía un servicio que estaba llevando a cabo una gran labor, que daba empleo a profesionales altamente cualificados, y en último término, se resentía la calidad del servicio prestado a los pacientes, puesto que las muestras debían trasladarse a un laboratorio situado a 60 kilómetros de distancia, con el consiguiente riesgo de extravío y deterioro de muestras y la pérdida de trato personalizado.

Ya entonces avanzamos que se estaban dando peligrosos pasos en la privatización de la Sanidad. La línea roja de la que hablábamos antes era cada vez menos nítida, y con el último anuncio del gobierno regional del Partido Popular, se ha cruzado definitivamente. La gestión sanitaria de nuestro hospital pasará a depender de una empresa privada. Y las consecuencias que debemos extraer de esto es que el riesgo de pérdida de calidad sanitaria se incrementa notablemente. Pilar Quintana, Concejal Portavoz de acipa considera que “la situación es muy grave, puesto que los profesionales sanitarios que ahora dependen de la función pública, dejarán de hacerlo en cuanto una empresa privada asuma la gestión sanitaria del centro. Existe un riesgo muy alto de despido de personal eventual y de traslado del personal fijo existente en el hospital, pues nada impedirá a la empresa gestora traerse a su propio personal de confianza. Esto pondría en peligro una adecuada supervisión y seguimiento de pacientes con patologías crónicas y graves que requieren atención prolongada por parte de los facultativos. Dar entrada a las grandes compañías privadas y poner a su disposición hospitales, medios materiales y personal médico entrañará una pérdida de calidad, puesto que las empresas encaminarán los esfuerzos a optimizar sus ingresos y a minimizar los gastos, aunque ello vaya en detrimento de la cartera de servicios del hospital y obligue a la derivación de pacientes a otros centros de la misma empresa, prevaleciendo los intereses económicos al interés médico”

Consideramos inexplicable e inaceptable el mutismo del equipo de gobierno ante lo que es otra grave agresión a nuestra localidad y una nueva merma de servicios para todos los ribereños. El Partido Popular “apostó” en su programa electoral por “una Sanidad pública cercana, de calidad y gratuita”, manifestando además que “no habría copago” y que su objetivo sería “trabajar con la Comunidad de Madrid para seguir aumentando la calidad de la sanidad pública” y, una vez que el gobierno regional ha dinamitado todos estos deseos, ha optado por la técnica del avestruz, meter la cabeza bajo la tierra, esperando que se solucionen mágicamente los problemas, o que otros lo hagan por ellos. Una alcaldesa debe velar por sus ciudadanos, defenderlos frente a las decisiones perjudiciales de otras administraciones (aunque sean de su misma formación) en lugar de esconderse para no ofender a sus mayores.

Nos encantaría poder debatir políticamente esta iniciativa en el órgano correspondiente, pero ante la decisión de la oposición de no presentar preguntas al Pleno hasta que no se produzca un cambio de actitud en el desarrollo de los mismos, en los que se defiendan los ideales políticos sin llegar a los ataques personales, nos limitaremos a informar a los ciudadanos sobre las mejoras que nos gustaría tener en Aranjuez, esperando que el Equipo de Gobierno inste con la mayor brevedad y contundencia a la Comunidad de Madrid a que dé marcha atrás y no privatice los servicios sanitarios del Hospital del Tajo.