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Con las ideas claras (Artículo Jesús Blasco semanario mas 7 de noviembre

CON LAS IDEAS CLARAS

Esta semana conocíamos que las ya devastadoras cifras del paro en Aranjuez se incrementaban en 138 personas en este pasado mes de octubre. Como siempre, pese a que las evidencias son las que son, vemos el tradicional retorcimiento de las mismas por parte de equipo de gobierno y partido socialista. Unos, parece que encantados de haberse conocido, diciendo que en el fondo no son tan malas, y otros haciendo (más) promesas de futuro. Sí, esas cosas que pudieron poner en práctica y no hicieron durante sus gobiernos, por lo que ya sabemos cuánto vale su palabra. Pero como antes quería recalcar, los datos son tozudos y quieren decir básicamente dos cosas, que tenemos más de 5.400 parados y que no hay visos evidentes de mejora, ya que el poco trabajo que se genera es bastante precario. ¿Qué nos sucede? Es indudable que nuestra ciudad reúne condiciones para atraer actividad productiva, a nivel industrial, de servicios, agrícola, deportivo, lúdico… Una ciudad estratégicamente situada, con grandes masas de terreno disponibles, un inmenso patrimonio monumental y natural sin parangón en España, una fértil huerta, tradición deportiva… que sin embargo ve cómo la mayor parte de sus ciudadanos tiene que salir a buscarse la vida fuera de ella. Un caso especialmente sangrante es el industrial. De ser cuna de las industrias más innovadoras, a verlas languidecer o desaparecer de manera masiva. Hay que ver en qué se ha fallado, y hacerlo rápido, porque partimos en desventaja para aplicar soluciones.
Durante los años de bonanza económica no hemos sido capaces de poner un solo metro cuadrado de suelo productivo de calidad en el mercado, pero otros sí lo han hecho por nosotros, como los municipios de nuestro entorno, por lo que ya no competimos en igualdad de condiciones. Llevamos once años diciendo desde acipa que el crecimiento basado en burbujas era eso, una burbuja que a la mínima pincharía y nos dejaría con las posaderas al aire, como efectivamente ha sucedido. Y mucho nos tememos que ahora se intente solucionar con una ultracorrección, como aquellos que intentan combatir una mala pronunciación poniéndole una “d” a “Bilbao” o “bacalao”. Es decir, a buen seguro se anunciarán chorrocientos mil metros cuadrados de suelo productivo, sin estudiar dónde, de qué manera, si está mezclado con viviendas o no, si está bien comunicado o no, si los accesos serán capaces de comunicarlos correctamente… tal y como siempre se ha hecho. Nuestra ciudad necesita suelo productivo junto a las grandes vías de comunicación, aprovechando sinergias como las que crearía el tantas veces anunciado centro logístico ferroviario. En cuanto a vivienda, simplemente la que sea necesaria en cada momento, nunca desde el punto de vista especulativo, contribuyendo a vertebrar la ciudad, y definiendo muy bien qué va en cada ámbito urbanístico, evitando la difícil coexistencia de industria y vivienda. En suma, una solución que debe pasar inexorablemente por tener una idea clara del futuro de Aranjuez, en lugar de avanzar a base de ideas felices que hay que encajar como sea, aunque sea a martillazos. Hay que saber qué Aranjuez queremos, porque si no tenemos un modelo concreto, dicho modelo nos va a ser impuesto desde fuera, con las funestas consecuencias que ha tenido.