LAS ANTAÑO ZONAS DE BAÑO Y RECREO DEL RANCHO GRANDE Y LA ROTURA SE HAN CONVERTIDO EN UN GRAN VERTEDERO ANTE LA INACCIÓN DE LAS ADMINISTRACIONES ENCARGADAS DE SU CUIDADO.
A la invasión de carrizal a consecuencia del lamentable estado del río Tajo, se une el grave deterioro del soto y el arbolado de ribera, la destrucción de los antiguos “gangos”, el vandalismo y la proliferación de basura de toda índole, acabando con lo que no hace demasiados años era una de las zonas de baño y ocio preferidas de Ribereños y visitantes.
- 2015/08/28 12:17:15
Hace apenas unas semanas tuvimos que denunciar la presencia de basura acumulándose en el camino del soto de Legamarejo y los accesos a los puestos de pesca de la zona, pero también avanzábamos que era solo la punta del iceberg del estado absoluto de degradación que sufren las riberas del Tajo, los Sotos y Paseos Arbolados.
Al ya preocupante estado del río, a la proliferación de carrizal que cierra el cauce, al descenso del nivel freático que hace que álamos y otras especies freatófilas mueran y presenten un estado decrépito a pocos metros del agua, se suma la infestación de porquería de toda índole. Envases, escombros, plásticos, excrementos… lo que era hace años un paisaje casi idílico que atraía a miles de madrileños hoy es un estercolero que es hasta molesto de visitar. Merenderos y los populares “gangos”, como el del Rancho Grande, antaño fuentes de riqueza para Aranjuez, son hoy vulgares ruinas repletas de basura y malezas. Zonas de baño como el propio Rancho Grande o la Rotura no son ni la sombra de lo que fueron, añadiendo a la consabida falta de caudal la invasión de vegetación y la suciedad extrema.
Desde acipa llevamos denunciando muchos años el abandono a su suerte que este y otros lugares importantes de las riberas y sotos fluviales han sufrido por parte de administraciones de todos los colores. El abandono de los usos tradicionales de estas zonas, como zonas de baño y merenderos, ha traído consigo una degradación progresiva. La muerte de parte del arbolado por la falta de agua del río trae consigo el acúmulo de pies secos y madera muerta aumentando el peligro de incendios, tal y como sucedió en 2010 y 2014, ardiendo varias hectáreas. A su vez, el deterioro y el abandono supone un efecto llamada para el vandalismo, el consumo de drogas y los vertidos incontrolados, transformando una zona muy visitada y querida por los ribereños en un basurero
Para el portavoz de acipa Jesús Mario Blasco, “hay que seguir insistiendo en la vigilancia y control de estos focos de vertido. Hay personas que, en vista de la degradación generalizada del entorno, han visto aquí el sitio ideal para depositar basura y realizar actos vandálicos. La realización de dichos actos son motivo de reproche en primer lugar para el que los realiza, pero también para aquellos que por su dejación (e incluso promoción de políticas lesivas para nuestro Paisaje) han creado el caldo de cultivo perfecto para que esta situación se produzca.
Esto no es más que un pequeño ejemplo de cómo la progresiva destrucción de nuestro río y su ecosistema fluvial ha golpeado tanto a nivel ecológico como económico a nuestra ciudad. El impresentable estado de lo que antaño fueron zonas de ocio y baño de Aranjuez requiere actuaciones a muchos niveles, desde la limpieza y prevención de vertidos, hasta la necesaria coordinación entre las administraciones competentes (locales, regionales y nacionales) para recuperar el río, sus zonas de baño y las actividades vinculadas al mismo.”