PROPUESTA QUE PRESENTAN LOS GRUPOS MUNICIPALES DE ACIPA Y PARTIDO SOCIALISTA AL PLENO DE LA CORPORACIÓN MUNICIPAL PARA URGIR AL GOBIERNO MUNICIPAL A QUE ELABORE UN PROTOCOLO ANTICONTAMINACIÓN Y UN ESPACIO DE BAJAS EMISIONES.
- 2020/07/08 11:31:26
Dos de los principales problemas ambientales del planeta son el cambio climático y la contaminación del aire. Ambos tienen una estrechísima relación entre sí y unas fuentes muy similares como son el transporte actual, la producción y consumo de bienes y energía.
El cambio climático se define como la variación global del clima de la Tierra debido a causas naturales y también a la acción del ser humano. La aceleración antrópica de los ciclos biogeoquímicos por la extracción y la combustión de compuestos fósiles (principalmente carbón y petróleo) ha proyectado a la atmósfera en relativamente pocos años parte del carbono que tardó millones de años en almacenarse en la litosfera. El calentamiento global del planeta se ve acelerado por gases de efecto invernadero causados por las actividades humanas. Los principales son el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido de nitroso (N2O). El CO2, por ejemplo, aunque es el principal gas que contribuye al cambio climático, no es nocivo para la salud humana.
El cambio climático tiene múltiples consecuencias de impacto global derivadas principalmente de los cambios en los patrones climáticos como son el aumento del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos más extremos. El cambio climático no supone únicamente un fenómeno ambiental, porque sus impactos negativos tienen consecuencias sociales y económicas.
Por su parte, la contaminación del aire es la presencia en el aire de sustancias o partículas que implican riesgo, daño o molestia para el ser humano, la flora o la fauna. La principal fuente de contaminación atmosférica son los gases ozono troposférico (O3), óxidos de azufre (SO2 y SO3), óxidos de nitrógeno (NO y NO2), benzopireno (BaP) y las partículas en suspensión (PM). Estos gases se derivan principalmente de las emisiones provocadas por la quema de combustibles fósiles (incluidas las emisiones generadas por el transporte), los procesos industriales, la quema de bosques, el empleo de aerosoles y la radiación.
El tráfico rodado es una de las fuentes más importantes tanto de gases de efecto invernadero como de los que causan contaminación atmosférica. La proliferación de automóviles en las últimas décadas y su concentración en los cascos urbanos ha originado un preocupante aumento de la contaminación en detrimento de la calidad del aire. La contaminación provocada por los automóviles, se divide en dos grandes tipos: la contaminación ambiental, originada por los gases que expulsan los vehículos en el rodaje y otros contaminantes y la contaminación acústica, motivada por el ruido que producen. Todo esto puede producir importantes alteraciones y llegar a transformar el relieve y la estructura del paisaje, alterando el clima, la fauna y la flora de esa zona, con su correspondiente repercusión negativa en los seres humanos.
La contaminación ambiental o atmosférica que producen los vehículos de motor está originada por el monóxido de carbono, el gas contaminante que más abunda en la atmósfera de nuestras ciudades. El problema de este gas es que se mezcla con la hemoglobina que tenemos en la sangre y esto dificulta nuestra respiración, disminuyendo la capacidad de oxigenación que tienen nuestras células. De hecho, si inhalamos una cantidad importante de monóxido de carbono, podemos sufrir de vértigos, temblores y fuertes dolores de cabeza, y en organismos poco resistentes, esto incluso puede causar la muerte. Y, por otra parte, los gases de escape de los vehículos también contienen óxidos de nitrógeno que son asimismo contaminantes. La ciudad de Madrid está sufriendo episodios continuados de contaminación atmosférica, fruto de la afluencia de vehículos, que se trasladan de los municipios de la primera y segunda corona metropolitana.
Sin duda los años en los que nada se ha hecho a este respecto vienen pesando a la hora de poder planear y poner en práctica diferentes medidas para mejorar el aire que respiramos.
La contaminación del aire en la Comunidad de Madrid, especialmente en Madrid ciudad, registra año tras año la denuncia de organismos internacionales y la exigencia de medidas para suprimir esta amenaza contra la salud de los ciudadanos. Así en el corto plazo debemos alcanzar y mantener unos parámetros de calidad del aire que se encuentren dentro de los umbrales definidos por la legislación nacional y europea, mejorando a medio y largo plazo en línea con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Según se establece en la Ley 34/2007, de 15 de noviembre, de calidad del aire y protección de la atmósfera, es responsabilidad de las Comunidades Autónomas la vigilancia del cumplimiento de las normativas y los niveles sobre contaminación, incluida la declaración de alertas y puesta en marcha de medidas correctoras.
El Plan Azul y el Plan Azul + son los instrumentos que, en la actualidad, existen para combatir la mala calidad del aire que respiramos en Madrid ciudad y el resto de municipios de la Comunidad de Madrid. No ha aportado nada, pues se ha limitado a establecer unas medidas más dirigidas hacía la reducción del CO2 y no de otros contaminantes, pero incluso en ese caso tanto el eco como las medidas han sido irrisorias y claramente insuficientes.
Y hablar de calidad del aire es hablar también de transporte, tanto público como privado. La descoordinación existente entre Comunidad de Madrid y Ayuntamiento de Madrid ha generado en días de alta contaminación atmosférica en la ciudad se produjera caos circulatorio, problemas severos en el transporte público y, en suma, afecciones graves al conjunto de los madrileños de la región. El Ayuntamiento de Madrid aprobó el 10 de diciembre de 2018 la revisión del Protocolo para episodios de alta contaminación, que entró en vigor ese mismo día y que tiene el objetivo de aumentar la protección de la salud de la ciudadanía cuando el dióxido de nitrógeno (NO2) alcance niveles nocivos.
Respecto al Protocolo de febrero de 2016, las principales novedades introducidas para mejorar la lucha contra la contaminación son la limitación de la circulación de los vehículos en función de los distintivos ambientales de la DGT, incluidas las motos y los ciclomotores, el adelanto y refuerzo de algunos escenarios, la creación de uno nuevo y la extensión geográfica a toda la ciudad de algunas medidas.
Como en el protocolo anterior (de febrero de 2016), la activación de episodios y escenarios se produce cuando la previsión de la AEMET sea desfavorable para la contaminación. El protocolo se activa cuando se superan los niveles de preaviso o aviso, de forma gradual comenzando siempre con las medidas del primer escenario, que incluye la recomendación del uso del transporte público y la reducción de la velocidad máxima a 70 kilómetros por hora en M-30 y accesos a la ciudad.
Este protocolo consta de 5 escenarios y a partir del Escenario 2 se limita el acceso a la capital. Dándose el caso de que tras 2 días consecutivos con superación del nivel de preaviso o 1 día con superación del nivel de aviso se prohíbe estacionar en las plazas y horarios del SER, sólo pueden aparcar los vehículos CERO y, como novedad, los ECO. Además, se prohíbe circular a los vehículos (incluidos ciclomotores y motocicletas) sin etiqueta ambiental de la DGT en la almendra central y en la M-30.
En este escenario 2 (y hay hasta 5) los arancetanos que van cada día a trabajar o estudiar a la capital en su vehículo privado se verían afectado y obligados a incrementar los ya atestados transportes públicos interurbanos que no ven aumentada su capacidad ni frecuencia. Es necesario acometer medidas previas, como principal lucha contra la contaminación, dentro de un Plan Estratégico del Transporte en la Comunidad, que acabe por fin con las medidas parciales y, en algunos casos, arbitrarias de las dos principales instituciones de la región. Y todo ello, además, tiene que contar con la aplicación y coordinación de las medidas de mejora de transporte por cercanías y carretera anunciadas por el Ministerio de Fomento, hoy Ministerio de Transportes. Nos referimos al Plan de Cercanías, anunciado por diversos gobiernos y que a día de hoy carece de la dotación presupuestaria suficiente. O el plan de plataformas para transporte público en las entradas por autovía a la ciudad de Madrid, anunciadas hace 13 años y aún no ejecutadas.
Y por supuesto, exigencia de una coordinación a Consorcio Regional de Transportes, cuando los episodios de alta contaminación concurran en la Ciudad de Madrid por su afección a la corona metropolitana de la región. Todos los municipios deben colaborar en dicha mejora y tener unos criterios de actuación unificados. Para ello, el entonces presidente de la Comunidad de Madrid por el Partido Popular, Ángel Garrido (y ahora Consejero de Transportes, Movilidad e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid por Ciudadanos) propuso que los ayuntamientos de más de 75.000 habitantes deben tener el protocolo anticontaminación con seis escenarios y los municipios con más de 50.000 vecinos han de elaborar sus propios protocolos de actuación. En ambos casos, no se ha concretó la fecha de entrada en vigor de estos cambios, pero municipios como el de Alcobendas ya lo han aprobado.
Por otro lado, el pasado 20 de enero, el Consejo de Ministros del Gobierno de España declaró la Emergencia Climática, con una propuesta de 30 acciones para mitigar el cambio climático entre las que puede destacar la creación de zonas de bajas emisiones en las ciudades.
Una zona de baja emisión es un área delimitada dentro del centro urbano con el objetivo de restringir o evitar el acceso de los vehículos más contaminantes o sólo permitir el acceso de vehículo con bajas emisiones (híbridos) o nulas (eléctricos) con la finalidad de reducir la contaminación ambiental. Las zonas de bajas emisiones en las ciudades son fundamentales por razón de salud pública, ruido Las medidas a tomar para definir una LEZ (Low Emission Zone) también conocida como ZUAP (Zona Urbana de Atmósfera Protegida) parten de un estudio de movilidad y pueden ser por ejemplo, la definición de una zona peatonal, la implantación de aparcamientos disuasorios, la creación de carriles bici, la ampliación de la red de transporte público, seguimiento de la reducción de la huella del carbono, etc.
En la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado aprobada por el Ayuntamiento de Aranjuez en la pasada legislatura y subvencionada por la Unión Europea, se contemplan ya la mayoría de esas medidas. Sin embargo, la experiencia nos dice que además de la dotación presupuestaria hace falta tiempo de implementación, y más en una ciudad como Aranjuez en la que coexisten tantas administraciones que alargan la tramitación administrativa de cualquier solución en materia de movilidad.
Además, ayer mismo (10 de febrero), la Ministra de Transición Ecológica (Teresa Ribero) presentó el anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética que establece como obligatorio que los municipios de más de 50.000 habitantes establezcan estas zonas de bajas emisiones no más tarde de 2023, por lo que en Aranjuez deberemos contar con una dentro de esta misma legislatura.
Centrándonos en el caso de Aranjuez, nuestra ciudad ha experimentado un notable aumento de población en las dos últimas décadas (tras otras tantas de estancamiento poblacional) y hoy, según datos del propio Ayuntamiento, somos casi 64.000 habitantes. Una población que nos colocaría por encima de siete capitales de provincia (Teruel, Soria, Segovia, Huesca, Ávila, Cuenca y Zamora) así como de una capital regional, Mérida, que como decíamos supone estar entre las 145 ciudades más grandes de España, tomando como límite los 50.000 habitantes.
Fijémonos además que muchas de esas ciudades comparten con Aranjuez la característica de tener un casco histórico de marcado carácter monumental. La estructura urbana de estas localidades comprende ámbitos muy diferenciados: un casco histórico (con trama urbana típicamente medieval de calles sinuosas y estrechas, o un leve esbozo de la antigua trama romana, cardus y decumanus) y un ensanche residencial, en ocasiones nítidamente separado del casco histórico. Estos cascos, algunos de ellos declarados Patrimonio Mundial, o con presencia de bienes declarados como tal, están peatonalizados en muchos casos, por lo que muchas de las medidas a contemplar ya estarían implementadas (en relación a itinerarios peatonales, aparcamientos disuasorios, etc…)
No es el caso de Aranjuez. Aranjuez, contrariamente a lo que se suele pensar en instancias superiores, no es solo un Paisaje, no es solo palacio, jardines, huerta y sotos, sino también una ciudad patrimonio (en el sentido urbano, aunque no formemos parte del grupo de ciudades reconocidas como tal) que tiene más de 100 hectáreas de trama urbana (centro histórico) dentro de la zona Patrimonio Mundial. Más que ciudades como Alcalá, que prácticamente nos triplica la población (y los recursos económicos)
Pese a contar con la financiación EDUSI, el caso de Aranjuez es paradigmático. Por nuestras características (rodeados por el norte por zonas con altísimo valor monumental y medioambiental y por el sur por otras también de gran valor y compleja orografía) gran parte del tráfico pasante circula por el eje Abastos-Gobernador, esto es, por pleno cogollo histórico. La principal vía de entrada por transporte público (en número absoluto de viajeros) está en una posición excéntrica (la estación de ferrocarril) y su aparcamiento, el mayor nodo intermodal de Aranjuez (tren-autobuses urbanos-vehículo privado) es de titularidad estatal y no reúne ni las más mínimas condiciones de accesibilidad, seguridad e intermodalidad.
No podemos olvidar tampoco la complejidad que conlleva la toma de cualquier decisión en materia de transporte o de alteración de elementos urbanos. La imposibilidad de construir aparcamientos subterráneos en el centro sin antes modificar el plan general (lo que exige justo lo que no tenemos, recursos y tiempo) o de modificar estructuras básicas como la estación de autobuses o el parking de la estación de ferrocarril nos lleva a solicitar, además de la dotación suficiente de fondos, una mayor coordinación de fondos.
Tampoco olvidemos que muchas de las ciudades históricas como Aranjuez, y no digamos si son ciudades Patrimonio de la Humanidad, gozan de una situación económica privilegiada respecto al resto de ciudades, ya que muchas de ellas cuentan con Planes de Gestión (del que aún no disponemos) consorcios y elementos de concertación institucional en el que las administraciones colaboran económicamente (bien sea el gobierno central, comunidades autónomas, universidades, obispados, etc…) Necesitamos por ello la implicación económica e institucional de TODAS las administraciones que concurren en Aranjuez, pues nada se puede hacer sin contar con ellas.
Al final de la pasada legislatura se aprobó en el seno del Pleno Municipal la realización de un estudio pormenorizado del impacto en el tejido comercial de las obras del acceso norte (dentro de un estudio global de movilidad) y que se convocase en un plazo no superior a un mes del Pacto de la movilidad. Este aún sigue sin convocarse, y entendemos que este puede ser el foro adecuado para recabar sugerencias, opiniones y también para informar de lo que implicarán las medidas necesarias para cumplir con las exigencias que nos puedan hacer desde el gobierno central en materia de bajas emisiones y movilidad. Un anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética que previsiblemente llegará al Congreso para su debate y que muy previsiblemente será aprobada, por lo que conviene tener ya presentes las medidas a adoptar.
Por ello, proponemos al Pleno de la Corporación la adopción de los siguientes acuerdos:
Instar al gobierno de la Comunidad de Madrid, a que, de acuerdo con los diferentes grupos parlamentarios, se redacten sendas leyes de Cambio Climático y de Movilidad Sostenible.
Instar al gobierno de la Comunidad de Madrid a aprobar una Estrategia Regional de Calidad del Aire, armonizada con la Ley de Cambio Climático, que persiga reducir, controlar e informar acerca de la contaminación atmosférica en nuestra región, cumpliendo así con las competencias otorgadas a los gobiernos autonómicos. Dicha ley servirá también para la definición de un protocolo regional para situaciones de emergencia motivadas por la contaminación atmosférica.
Que por parte del Gobierno de España y la Comunidad de Madrid (con reflejo en los planes PIR) se ponga a disposición de las entidades locales afectadas planes de ayuda (tanto a nivel de financiación como a nivel de asesoría en relación a las medidas a adoptar) en especial a aquellas que por su singularidad monumental o medioambiental necesiten implementar medidas de especial complejidad.
Exigir a las administraciones titulares de infraestructuras de transporte público (ADIF, Consorcio Regional de Transportes, entre otras…) la inversión necesaria para su mejora y potenciación.
Instar al gobierno de la Comunidad de Madrid y al Ministerio de Transporte a que desarrollen urgentemente, a través del Consorcio Regional de Transportes, un plan de actuación consensuado con la Federación Madrileña de Municipios y el Ayuntamiento de Madrid que coordine las acciones a seguir en el conjunto de la región tras la aprobación del Protocolo de Actuación en casos de altos episodios de Contaminación de la Ciudad de Madrid.
Instar al Gobierno de la Comunidad, Ministerio de Transportes (contando además con los gobiernos de las CCAA limítrofes cuyos municipios formen parte del área metropolitana de Madrid, que es suprarregional) a que impulsen todos los trabajos necesarios para la redacción del Plan Estratégico del Transporte en la Comunidad de Madrid, acordado en la Asamblea de Madrid, que contemple medidas en favor del uso del Transporte Público en sus accesos y salidas en la Ciudad de Madrid que hagan innecesario el uso del transporte privado.
Dar cuenta de este acuerdo al Ministro de Transportes, a los Grupos Parlamentarios del Congreso, la Presidenta de la Comunidad de Madrid, de la Asamblea de Madrid y a los Portavoces de los Grupos Parlamentarios de la Asamblea de Madrid.
Que se convoque el Consejo de Transportes, Tráfico y Movilidad (Pacto por la Movilidad) a la mayor brevedad posible, contando con la presencia de los grupos políticos y asociaciones ciudadanas, así como de aquellos colectivos que puedan verse más afectados por las exigencias derivadas de la aplicación de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética (aún en tramitación)
Que se coordinen dichas reuniones con las que se vayan a tomar del Consejo Asesor de Comercio y Hostelería, para que las medidas acordadas o planteadas en el Pacto de la Movilidad puedan ser conocidas por todo el tejido productivo de nuestra localidad.
En base a sus conclusiones, que se proceda a la elaboración por parte del Ayuntamiento de Aranjuez un Protocolo Anticontaminación teniendo en cuenta la coordinación con los municipios de nuestra comarca natural (tanto de la Comunidad de Madrid como de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, así como con otros municipios metropolitanos y el Ayuntamiento de Madrid.
Delimitar una Zona de Bajas Emisiones en el municipio de Aranjuez que contemple con su dotación presupuestaria correspondiente, al menos, las siguientes medidas: seguimiento de la reducción de la huella del carbono, definición de una zona peatonal, puesta en marcha de aparcamientos disuasorios, creación y conexión de carriles bici, fomento de la movilidad eléctrica compartida y ampliación de la red de transporte público.