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Otro Aniversario. Artículo Jesús Blasco (Semanario Mas 19 de diciembre)

OTRO ANIVERSARIO

Este pasado 14 de diciembre celebrábamos en nuestra ciudad el decimotercer aniversario de nuestra declaración como Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad. Aquella gélida mañana de diciembre nos llegaba la noticia de la declaración entre tracas, brindis con champán y con la esperanza de que dicho espaldarazo sirviera para solucionar en parte los problemas endémicos que arrastraba nuestra ciudad. Transcurridos trece años, tenemos un colchón de tiempo lo suficientemente amplio como para valorar con propiedad qué ha supuesto, si de verdad ha contribuido a aportar soluciones e incluso si hemos sabido estar a la altura de lo que el nombramiento exigía, conservar, proteger y potenciar aquello que nos ha sido legado.
Desgraciadamente creo que las expectativas de entonces no han sido satisfechas (acaso por ser demasiado altas) y creo también que las personas encargadas de regir nuestros destinos no han estado a la altura de las circunstancias y no han sabido o podido aprovechar aquel impulso. Hay que reconocer no obstante que la papeleta no es sencilla, ya que Aranjuez no es un Patrimonio de la Humanidad al uso. Es una maravillosa interacción y mejora sinérgica de la naturaleza y la obra humana, algo que pocas veces sucede pero que cuando lo hace es maravilloso. Pero no podemos olvidar tampoco que Aranjuez es una ciudad de casi 60.000 habitantes, con las necesidades que ello conlleva. Proteger, mejorar nuestro entorno y a la vez desarrollar nuestra ciudad es una tarea compleja, sí, pero no imposible. En la enorme extensión declarada Paisaje Cultural convive buena parte del casco urbano, huertas históricas, sotos fluviales, jardines, palacios, carreteras, vías férreas, puentes, caces… y en muchos casos cada una de estas infraestructuras depende de una administración distinta. Poner de acuerdo a todas ellas para remar al unísono es una tarea complicada que exige coordinación y lealtad mutua entre todos los órganos. El nombramiento de la Unesco debería haber servido para amalgamar correctamente este batiburrillo administrativo, para mimar este entorno, comprometidos con la singularidad del mismo.
Pero como decía, para valorar si se han cumplido las expectativas basta ver el “compromiso” con la singularidad de Aranjuez que ha tenido Adif al hormigonar el entorno de las vías férreas en los Sotos Históricos (aberración que acipa ha denunciado y seguirá haciendo). Basta ver la extrema “sensibilidad” que ha tenido la Confederación Hidrográfica del Tajo con nuestro río, el germen de todo lo que somos, perpetuando el trasvase al Levante y permitiendo durante años que se convirtiera en una cloaca a cielo abierto. Y claro, cómo no, basta ver la inmensa sensibilidad de nuestro gobierno local en las obras de la entrada norte, convirtiendo la zona más visitada de la ciudad en un auténtico catálogo de horrores arquitectónicos. Un engendro urbano de más que dudosa efectividad que se carga de un plumazo un trazado histórico de 265 años y al que solo le faltaban los dos semáforos-horca para acabar de rematar la faena. Todo muy estético y respetuoso. Paradójicamente, aquello que necesitó siglos para ser creado puede ser destruido en apenas unos años por acción u omisión de malos gestores.
Esperemos que dentro de otros trece años no miremos con añoranza los tiempos presentes, sino que simplemente podamos decir que fue un mal sueño.