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PROPOSICIÓN CONJUNTA CPA Y ACIPA CARRETERA DE ARANJUEZ ONTÍGOLA PLENO DICIEMBRE 2023.

PROPOSICIÓN CONJUNTA, QUE PRESENTAN LOS GRUPOS DE CONCEJALES DE COALICIÓN POR ARANJUEZ (CPA) Y LA AGRUPACIÓN CIUDADANA INDEPENDIENTE PARA ARANJUEZ (ACIPA), AL PLENO ORDINARIO DE LA CORPORACIÓN MUNICIPAL DEL MES DE DICIEMBRE, DEL AÑO EN CURSO, PARA SU DEBATE Y  APROBACIÓN SI PROCEDE.

Los sucesivos estudios de movilidad realizados en nuestra ciudad en los últimos años (donde habría que incluir el Plan de Movilidad de 2022, que hasta donde sabemos aún continúa en fase de borrador) ya han puesto de manifiesto la necesidad de diversificar el tráfico a través de todos los accesos con los que cuenta Aranjuez, con el fin de no sobrecargar aquellos más utilizados. Esta red de accesos locales presenta diversas tipologías.

Podemos hablar de un acceso norte desde la autovía A-4, articulado a través de la antigua M-305, que presenta diversos cuellos de botella (de cuatro carriles en su enlace con la autovía, a tres, después a dos en su travesía por el Puente Largo para volver a desdoblarse en calzadas separadas unos 100 metros con dos carriles cada una. Las obras del Plan de Revitalización de 1991 (tras la construcción de la variante de la entonces N-IV) adecuaron la antigua travesía y dejó en dos carriles la entrada por el Puente Barcas. Un estrechamiento que motivó una segunda intervención en 2013 para recuperar los cuatro carriles de entrada, así como la adecuación de las calles del Tridente este a tal fin.

El acceso sur, desde la A-4 presenta en cambio una sección homogénea desde dicho enlace hasta la glorieta de Le Pecq, contando con cuatro carriles por sentido, si bien continúa a la espera de la ansiada urbanización entre la glorieta antes citada y la de Carlos Richer López que dote a este acceso de la necesaria prestancia y adaptación a los usos peatonales.

El tramo este, desde la variante de la M-305 que comunica con las vecinas Chinchón, Villaconejos y Colmenar de Oreja (pasando por el Real Cortijo de San Isidro) se articula a través de la histórica Calle de la Reina y cuyas dimensiones están fuertemente condicionadas por la estructura del Puente de la Reina y dicha calle.

En cuanto a los accesos oeste, la Carretera de Toledo (M-416) permite el acceso a nuestra ciudad desde la autovía y desde la radial R-4. Presenta un trazado con arcenes muy reducidos, bifurcándose a la altura de la EDAR sur, estando a su vez también muy condicionado en su sección por el puente sobre las vías férreas hacia el Paseo del Deleite y por el Puente de la Azucarera. La bifurcación sur desemboca en una vía de gran capacidad como el Paseo del Deleite (a partir de la rotonda de Narciso Pascual y Colomer) que a su vez funciona como distribuidor sur, aprovechando la infraestructura de los viales este-oeste del casco urbano.

Todos estos accesos, en mayor o menor medida, han sido objeto de actuaciones de mejora o de adecuación a las crecientes intensidades de tráfico. Actuaciones, en muchos casos, insuficientes, pero muy ligados al aumento de la circulación rodada. Sin embargo, hay un acceso en el sur de la ciudad (que además es una vía interurbana e interprovincial) que hace muchos años que no es objeto de una actuación integral de mejora.

Dado que se trata de un vial de sección angosta, prácticamente sin arcenes, con un pavimento en estado precario, interurbana e intercomunitaria y que por añadidura atraviesa-bordea una reserva natural protegida, cualquier intervención se ha visto primero abocada al correspondiente conflicto competencial.  En 2002, tras un año de investigación por parte de los servicios jurídicos del Ayuntamiento de Aranjuez, se pudo clarificar que este vial era propiedad y competencia de la Comunidad de Madrid hasta su límite con el vecino (y toledano) municipio de Ontígola. Esta situación era tanto más extraña si tenemos en cuenta que se trataba (y se trata) de una infraestructura sometida a un incesante tráfico de vehículos. En el estudio de movilidad de 2005, el volumen de vehículos en esta carretera se aproximaba a los 7.500 vehículos diarios.

La población de Ontígola a fecha de realización del estudio de movilidad de 2005 era poco mayor a los 2.000 habitantes censados, pero la cercanía a Aranjuez, la existencia de población flotante, así como los flujos laborales y escolares sometía a una fuerte presión de tráfico a esta vía. Hasta este año las actuaciones de mejora en esta vía fueron de escaso relieve, más allá de la reparación puntual de desperfectos y la colocación de carteles que advertían del mal estado de la vía en dos kilómetros.

A finales de este año se cometió la primera actuación de cierta envergadura. A pesar de no ser el titular de la vía, el Ayuntamiento de Aranjuez invirtió 537.245,63 euros en la mejora del pavimento, ampliación del escaso arcén, construcción de una canalización para las escorrentías superficiales y mejora de la señalización vertical y horizontal. Paralelamente se acometieron obras de canalización de la red colectora procedente de Ontígola y su conexión con la red general de Aranjuez. Una circunstancia que ha generado problemas colaterales, como a continuación detallaremos.

Desde entonces, la población de Ontígola se ha duplicado, ha aumentado su superficie construida en más de un 80% y ha experimentado un fuerte desarrollo industrial, potenciando los flujos entre ambas localidades. Y el hecho de discurrir por una zona con una muy fuerte protección medioambiental tampoco ha favorecido la puesta en marcha de medidas para aumentar su sección, en especial en lo relativo a los arcenes o incluso la creación de pasarelas peatonales o ciclistas. En enero de 2017 desde Iniciativa por Aranjuez elevamos a Pleno la cuestión competencial sobre esta vía (ante la indefinición del resto de administraciones) poniendo de manifiesto que, en tanto en cuanto se resolviese definitivamente el ámbito competencial, era responsabilidad local el mantenimiento y la mejora de esta vía.

Así, periódicamente se realizan trabajos de parcheado del asfalto y de desbroce de márgenes, además de reposición de señalización vertical y horizontal. Y, ante los problemas existentes para dotar de alumbrado a la carretera por cuestiones medioambientales, se estableció la posibilidad de instalar elementos reflectantes en los bordes de la calzada y arcén de cara a mejorar la visibilidad nocturna. La proposición fue aprobada por unanimidad, afirmándose desde el equipo de gobierno que el problema de esta vía viene de muy atrás, y que se han venido produciendo arreglos muy puntuales tras fenómenos atmosféricos extremos o cuando la degradación de sus elementos exigía acciones más profundas, como las acometidas en 1879, 1904, 1918 o 1921. Siempre, por supuesto, dejando de manifiesto que la carretera bordea y atraviesa una reserva natural que impone severas restricciones medioambientales.

Además de los arreglos, el acuerdo plenario contemplaba el inicio de conversaciones con las administraciones de las dos comunidades autónomas por donde discurre la vía (Comunidad de Madrid y Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha) para la resolución definitiva del asunto competencial, además de encomendar a los servicios técnicos municipales la redacción de un estudio y la ejecución de las actuaciones necesarias para dotar a la carretera de los elementos de seguridad propios de un vial sometido a tal intensidad de tráfico, dotándolo además de aquellos que permitan la movilidad ciclista y peatonal entre Aranjuez y Ontígola, respetando siempre las prescripciones medioambientales. Por supuesto, solicitando las ayudas oportunas al resto de administraciones para la consecución de estos objetivos.

Además de esta proposición, tanto desde In-par como desde acipa, se han presentado otras relativas a la seguridad de tramos concretos (como la intersección de la carretera con la calle Dalí, la eliminación de bordes cortantes de las biondas de protección, la iluminación o su desbroce) algunas de las cuales todavía no se han materializado.

Desde acipa presentamos otra proposición, en este caso en julio de 2021, para el desarrollo de itinerarios peatonales que conectasen de forma fluida y segura los espacios naturales existentes en nuestra ciudad, peatonalizando los tramos finales del Paseo de Colmenar, la creación de un parque lineal en el de Chillones, una senda peatonal precisamente a la vera de la carretera de Ontígola así como la plantación de los olmos del proyecto LIFE en la calle Fortuny, entre otras actuaciones. Proposición que también fue aprobada unánimemente.

Finalmente, desde el colectivo Papedalear Aranjuez, en 2022 se presentó un proyecto para la realización de una senda ciclo-peatonal para unir nuestra ciudad con la vecina Ontígola, preparando el terreno para la realización de senderos y plataformas a lo largo de la carretera, con un montaje visual y con una aportación clara sobre la recuperación ambiental en la actuación. El 10 de febrero hubo una reunión entre el equipo de gobierno de Aranjuez y miembros de este colectivo, siendo la propuesta acogida “positivamente, por necesaria”, habiendo repasado todos los aspectos legales, ambientales, urbanísticos y administrativos, afirmando que era un proyecto factible pero complejo por los escollos jurídicos (por ser escenario donde concurren dos administraciones) y medioambientales (al ser una Zona de Especial Protección).

Antes de continuar en la línea de la propuesta, consideramos necesario, desde ambos grupos municipales, recordar que el Decreto 68/94 de 30 de junio de la Comunidad de Madrid, declarando Reserva Natural el Regajal-Mar de Ontígola, en su ANEXO I. Normas de protección I. Normas generales 1. Objeto y fundamento del plan. 1.2.1. Objetivos de conservación e investigación d) Programar los mecanismos y acciones tendentes a garantizar que las actuaciones de restauración y conservación que se llevan a cabo sobre las distintas infraestructuras existentes no alteren la dinámica natural de los ecosistemas presentes en el espacio protegido.  Condición que no impide actuaciones, tan solo deben ser acordes con los ecosistemas y el espacio protegido.

En su punto 7.1 se determina que la administración y gestión de la Reserva corresponde a la Agencia de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, lo que en sí mismo establece que es la Comunidad de Madrid, la que debe hacerse cargo de las necesidades en actuaciones infraestructurales, siendo la carretera de Aranjuez-Ontígola, parte de las infraestructuras de la Reserva.

De igual modo, podemos hacer un paralelismo con respecto a las actuaciones del Ayuntamiento de Ontígola, con lo que supone el tramo de la carretera en su municipio, que está mejor conservado y que ha contado con intervenciones adecuadas al tráfico existente. En 2016 el Ayuntamiento de Ontígola solicitó a la Diputación de Toledo el arreglo de su tramo, siendo la Diputación la responsable de tal actuación. Como todos conocemos, en las Comunidades Autónomas Uniprovinciales, son las Comunidades las que asumen las funciones de las Diputaciones.

Retomando el relato, tras la reunión con el anterior gobierno municipal, presidido por la actual alcaldesa, se adquirió el compromiso de redacción de un informe a los Servicios Técnicos municipales para poder dar comienzo a los estudios y trabajos necesarios, sin que todavía hoy conozcamos el resultado de tales informes o si han aparecido escollos adicionales que dificulten aún más la consecución de estos objetivos.

Lo cierto es que, con estudios o sin ellos, son muchos los vecinos que reclaman mejoras en un vial que soporta cada día más paso de vehículos y que, además, ha sufrido incendios en sus inmediaciones y las consecuencias de la concurrencia de fenómenos atmosféricos extremos, como la tormenta Filomena (que provocó el corte de la vía durante varios días) o las DANAs que además han provocado desprendimientos de tierra de las laderas contiguas. La maleza ha ido apoderándose de ese lateral y la canalización de pluviales ha sido paulatinamente aterrada con la erosión de las faldas de los cerros vecinos.

A esto, cabe añadir otro problema que ha ido agravándose con los años, como es el colector de aguas residuales que conecta Ontígola con Aranjuez. Una infraestructura que se creó con unas dimensiones adecuadas a las dimensiones de una población que desde entonces ha aumentado su extensión y su población en más de un 100%, haciendo que estos colectores entren en carga frecuentemente tras episodios de fuertes precipitación, provocando la salida de agua por las arquetas situadas a la vera de la carretera, provocando más daños en el precario estado que ya presenta la carretera.

Como se puede ver, se acumulan las actuaciones necesarias en un vial que lleva ya casi 20 años exigiendo una intervención muy profunda, que cuenta con la problemática de estar situado en un entorno de especial protección (ya que hay actuaciones contraindicadas por dicha protección) pero cuyos elementos a proteger tampoco han motivado la realización de actuaciones para la potenciación de actividades recreativas en su recorrido. Todo esto cuando existen en la actualidad ayudas y subvenciones para movilidad sostenible y para mejorar la conectividad de los espacios verdes.

Por tanto, no queda otra que seguir reclamando a las administraciones que adopten compromisos concretos, priorizando, por supuesto la seguridad y potenciando de los elementos recreativos o lúdicos… Para ello el Ayuntamiento debe tomar la iniciativa, acometiendo las actuaciones necesarias, a la vez que reclamando las propias del resto de administraciones, lo que supone solicitar las ayudas necesarias para la puesta en marcha de las actuaciones que se estimen.

Para iniciar de manera prioritaria los trabajos que mejoren la seguridad y que en un futuro permitan la puesta en marcha de la senda ciclo-peatonal, proponemos para su aprobación y puesta en marcha:

  • Realización (por parte de los Servicios Técnicos Municipales con la mayor brevedad posible) de un estudio diagnóstico del vial conocido como Carretera de Ontígola, desde la glorieta de inicio al Camino de las Cruces hasta el límite provincial con Toledo, poniendo de manifiesto todas las deficiencias que presente actualmente, poniéndolo en contexto con el volumen circulatorio actual y que establezca las actuaciones necesarias (dentro de los límites impuestos por la normativa medioambiental) para dotarle de los elementos de seguridad necesarios (pavimentación, señalización, iluminación, arcenes, canalizaciones de pluviales, etcétera)
  • Proseguir, en caso de haberse iniciado, o poner en marcha, en caso contrario, los estudios pertinentes para la creación de la senda o plataforma ciclo-peatonal entre Aranjuez y Ontígola, valorando los aspectos legales, medioambientales, urbanísticos y administrativos, a fin de ser presentado ante los distintos organismos competentes para su aprobación.
  • Instar a la Comunidad de Madrid y a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha a definir de manera definitiva el marco competencial sobre esta carretera, permitiendo establecer de manera clara los compromisos tanto de los Ayuntamientos de Aranjuez como de Ontígola, así como el de los autonómicos en materia de conservación y de implementación de mejoras.
  • Solicitar las ayudas y subvenciones necesarias (regionales, nacionales o europeas) para la realización de las actuaciones dependientes del Ayuntamiento de Aranjuez, bien en materia de seguridad o de conectividad de los espacios naturales.