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Colaboración Jesús Mario Blasco en el Heraldo de Aranjuez.

La otra industria.

A quien, a día de hoy, le cuenten que Aranjuez ha sido una potencia industrial (no solo a nivel comarcal, o regional, sino a nivel nacional) posiblemente se ría en las narices del narrador.

Ciertamente, hoy costaría creerlo. Y sin embargo es cierto. Además de la indudable y conocida por todos importancia Paisajística, Natural y Monumental, hay que decir que Aranjuez ha sido el catalizador o el perfecto escaparate de importantes adelantos científicos. Todos empezaremos a pensar inmediatamente en el ferrocarril, en la segunda línea férrea de la península y tercera de España, pero debemos pensar también en ese globo Montgolfier, cuya presentación en Aranjuez fue inmortalizada por Carnicero Mancio y puede verse en el Museo del Prado. O podemos hablar de la telegrafía. De Penicilina, Indra, o de lo iba a ser el Hollywood europeo (o el Cinecittá español como se prefiera) y acabó derivando en lo que fue la factoría de Agfa-Gevaert.

Como se puede ver, el Aranjuez industrial, científico, literario, artístico en todas sus facetas, agrícola… daría para un sinfín de tratados, conferencias y hasta tesis doctorales. Sin embargo, hay otros “sectores industriales” en los cuales Aranjuez ha sido y es una potencia. Y es el Deporte, con mayúsculas. Hay pocas ciudades en España que, contando solo con apenas 60.000 habitantes, tengan tal número de deportistas de alto nivel, y tal nivel de practicantes de diversas disciplinas, tanto a nivel competitivo, federado o simplemente amateur. Enumerarlos todos sería extraordinariamente prolijo, y probablemente injusto porque acabaría a buen seguro olvidando algún caso. Por tanto, vaya por mi parte el reconocimiento a ese inmenso potencial (por desgracia aún no suficientemente explotado) que conviene aprovechar.

Un potencial que no solo se traduce en bienestar físico, en la mera satisfacción lúdica o en el sano plano competitivo. También se traduce en beneficios económicos. Hay ciudades españolas que han hecho del deporte, de la organización de eventos relacionados con la práctica deportiva, una industria. Y como siempre decimos, Aranjuez tiene tanto que decir y que ofrecer en tantos frentes que no debe poner los huevos en la misma cesta. La organización de eventos, tanto los mayoritarios como los minoritarios, atraen a un buen número de seguidores. Unos seguidores que a buen seguro descubrirán que Aranjuez es mucho más que lo que ofrecen las guías turísticas.

Pero es una circunstancia que hay que propiciar, necesita el respaldo institucional, no basta solo el buen hacer de clubes y de aquellas personas que dedican desinteresadamente su tiempo a potenciar estos eventos. Es extraordinariamente triste que haya municipios de nuestro entorno que hayan vendido en la reciente Feria de Fitur actividades deportivas y de ocios relacionadas con el deporte y que Aranjuez haya descuidado este flanco. Como también lo es que tengan que emplear su tiempo en mantener ellos mismos instalaciones y velar por la pervivencia de la materia prima que les permite desarrollar sus actividades. Toda industria necesita recursos, y un capital humano. Y además, una dirección adecuada para optimizar el rendimiento. Las dos primeras cuestiones están sobradamente cubiertas, pero falta la tercera. Fundamental para cualquier industria, esa otra industria que debemos cuidar.