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Colaboración Jesús Mario Blasco en el Heraldo de Aranjuez.

No sólo con el Tajo

Hemos dicho en muchas ocasiones que los tiempos difíciles que estamos viviendo requieren consensos. Consensos, mayorías cualificadas, manos tendidas e incluso ciertas dosis de empatía. Y lo que es aplicable a nivel nacional lo es también a la realidad local. Conciliar sensibilidades en Corporaciones tan diversas, más aún desde la aparición de los partidos emergentes, es tarea harto difícil. Y ya no solamente por la problemática cotidiana, sino también por las mochilas que se llevan cargadas de antemano. Ese “yo con ese/a no me siento” se escucha demasiadas veces en los Ayuntamientos. También en el nuestro.

Con todo, este pasado 4 de febrero se celebró un Pleno extraordinario para adoptar medidas políticas y legales contra el Plan Hidrológico del Tajo en su demarcación española. Creo que ya huelga hablar de las nefastas consecuencias que ocasiona el trasvase a nuestra ciudad (medioambientales, económicas, sociales…) y que son sobradamente conocidas por los Ribereños.

Aranjuez es la zona cero de los daños provocados por el trasvase en la cuenca. Lo lleva siendo durante los más de 35 años que lleva este acueducto funcionando. Sin embargo, pocas veces ha sido objeto de consenso por parte de los grupos que han integrado la Corporación durante todo este tiempo. Sin duda los partidos de implantación nacional ejercen ese noble arte de nadar y guardar la ropa. O ponerle una vela a Dios y otra al diablo. Es complicado conciliar y defender las mismas posturas aquí, o en Murcia, Valencia o Almería.

¿Por qué ahora sí hay consenso en este tema? Es posible que hayamos llegado al punto de asfixia insoportable que obligue a tomar decisiones. O también puede haber sucedido que las eternas promesas de los “de arriba” se hayan revelado falsas. El trasvase no tiene fecha de caducidad, y la sangría al río por tanto no va a tener fin. Al menos a corto plazo. Sin embargo, nos surge la duda:
¿Por qué en este tema sí hemos sido capaces de ponernos de acuerdo, aparcando las lógicas diferencias que podamos tener, y en otros asuntos de similar importancia no somos capaces de hacerlo? ¿O acaso es más fácil identificarse con unos problemas que con otros?

Ya me gustaría que esta interiorización que hemos sido capaces de hacer todos con el problema del Tajo lo pudiéramos hacer con el modelo territorial que queremos para Aranjuez, con un Plan General que ya tiene una vigencia de 20 años, y con sectores vitales para nuestra ciudad para el desarrollo de suelo productivo que llevan empantanados años y años. Porque hay asuntos que exigen el empuje de todos. Ni siquiera en torno a la reclamación para que no se perdiera la plataforma logística intermodal hubo consenso, porque pesó más la búsqueda interna de responsables que la búsqueda de soluciones. Asumamos que Aranjuez le debe su existencia al Tajo, pero no solo es el Tajo. Ni siquiera es solo su Paisaje, con la tremenda importancia que tiene para nosotros. Que las buenas sensaciones que nos deja el acuerdo de todos defendiendo nuestro río se puedan hacer extensivas al resto de problemas de Aranjuez.
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